Lo bello y lo feo

domingo, 12 de septiembre de 2010


Es común que al hablar sobre belleza y fealdad pensemos en primer plano en “lo que nos gusta y lo que no nos gusta”. Sin embargo, verlo de esta forma sería desconocer y pasar por encima de lo que han estudiado filósofos y artistas a lo largo de la historia, descartando por completo todo el acervo cultural recabado.

La definición de la belleza se ha visto mediada por varias corrientes en el arte, iniciando en el naturalismo hasta llegar a un rupturismo bastante anti convencional que se viene dando en la actualidad. A pesar que lo bello y lo feo pueda sonar a elementos yuxtapuestos en cualquier ámbito, estos conceptos van mucho más lejos. ¿A caso la forma en que se ve a una madre “bella” depende de algo estético? ¿Está acaso basado en la teoría? ¿de qué depende?. El psicoanálisis se ha encargado de interpretar éste tipo de belleza y lo hace a través de algo llamado salud mental.

Entonces, encontrar lo bello no siempre depende de la parte teórica estética, cuando menos al referirnos a lo cotidiano, no así, el arte escapa de esta experiencia. Es por esto que si bien es notorio el efecto que tiene sobre nosotros la influencia de los medios masivos, de cómo estos pueden llegar a aparentemente a distorsionar la percepción de lo bello y lo feo, en realidad solamente se altera la percepción de “lo que nos gusta y lo que no nos gusta”.

Dicho lo anterior es fácil deducir que la belleza en el arte conlleva una evolución distinta, distinta a la percepción de las grandes masas, esta escapa de la globalización. El arte no puede ser criticado por todos, de ser así, todos tendríamos que ser considerados artistas.
A continuación un esquema que ilustra los criterios de la belleza y las corrientes en que se definen de una forma cronológica.

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